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DESEO Somos una terrible mezcla de ácidos nucleicos ¿Se llegan a materializar los deseos? ¿Cómo se llegan a materializar los deseos? ¿Produce satisfacción la realización de deseos? Antes de entrar en el tema, vamos a diferenciar entre deseo y necesidad. Necesidad es lo que es imprescindible para uno. Y deseo es la aspiración con vehemencia al conocimiento, posesión o disfrute de algo. No es lo mismo actuar por deseo que por necesidad. La ejecución de esta última es imperiosa y vital, en cambio el deseo puede ser postergado en el tiempo. Por cierto, uno de los problemas más comunes al respecto de los deseos y las necesidades es convertir algunos deseos en necesidades y así tener una sólida base para amargarnos la vida. El primer paso para el posible cumplimiento de un deseo es fantasear. Hay personas que ni siquiera dan este primer paso. La palabra fantasía viene del griego "phantasia", que significa facultad mental para imaginarse cosas inexistentes y proceso mediante el cual se reproducen con imágenes los objetos del entorno. Es decir, que las fantasías abren camino a cualquier deseo. En segundo lugar, para que la fantasía llegue a ser un deseo realizable, lo principal es qué hacer para cristalizar esas ocurrencias. Establecer metas y objetivos, es decir, estar dispuestos a establecer un plan de trabajo, para después llevarlo a cabo y no quedar anclado sólo en la fantasía. Porque hay quien por su afán de poner pegas "¿y sí ?", su afán controlador de no saber el resultado antes de hacer, se conforman con hablar sobre los planes o deseos. Gente que en lugar de hacer algo para realizarlos encuentran suficiente satisfacción con un logro mental. Otro aspecto importante es asumir que aunque emprendamos mil proyectos sólo algunos pocos, uno o ninguno saldrán adelante con éxito. Y que todo se sabe a posteriori: sóo después sabremos. Todo lo que pertenezca al mañana ya no está bajo nuestro control. En tercer lugar hay que ser tolerantes. Aprender que existe una diferencia
entre lo deseado y lo conseguido. Que rara vez la realidad, será
un fiel reflejo de aquello que imaginé. En cuanto a la materialización
del deseo, si alguien en alguna medida lo consigue, no debe detenerse
para vivir de ello. Hay que educarse para amar la próxima vez.
No debemos esperar la felicidad con la satisfacción del deseo,
ya que éste nunca se satisface por completo. ¿Por qué
no? Porque el desear no tiene que ver con un objeto específico,
aunque así lo parezca, sino con la necesidad de completud. Como
la completud no existe, todo logro termina siendo frustrante. Por eso
muchas veces cuando conseguimos algo nos preguntamos: ¿bueno,
y ahora que? Se simultanean la sensación de alegría y
decepción. Es decir, después de cada logro podemos destacar
un estado de incompletad porque continuamos siendo pobres mortales;
y otro estado de completud por el deseo satisfecho. Y así hasta
siempre. Y verano e invierno, y verano, y verano y de nuevo invierno.
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