Abre la esperanza. Es frecuente que en las primeras entrevistas, quien nos consulta sienta que el psicoanalista sabe algo respecto de ellos, que ellos mismos no saben. Eso es un alivio y abre a la espereza. El psicoanálisis es un modo de escucha diferente al de otras terapéuticas y la escucha cotidiana. Querer saber algo de esa parte desconocida que nos habita, es una una buena manera de poder hacer otra cosa, y que empiecen a pasar cosas nuevas, en lugar de que haya una repetición de lo mismo.
Como se puede intuir, esa repetición de la que hablo, que nos supone un problema, no es la que se refiere a tener cierta rutina en nuestros días. Sino esa repetición que lleva aparejada un sufrimiento, un otra vez lo mismo, eses engancharse siempre a las mismas personas, esa queja de que se tiene siempre el mismo rol. Percibir cual es nuestra responsabilidad, sin quedar reducidos a la condición de victimas, es lo que posibilita un cambio, abre la esperanza: ¿Qué de mi hay en todo esto?
En palabras de Manuel Fernández Blanco:
«Un psicoanálisis ofrece la posibilidad de que puedas escuchar lo que dices en lo que enuncias. No hay una identidad entre entre el enunciado y la enunciación. Si no hay una interrogación el sujeto queda más desprotegido frente a sí mismo.
El poder escuchar algo mas en lo que él mismo está diciendo, es lo que puede abrir a la esperanza en muchos casos.
No hay sujeto sin síntoma. Pero si el síntoma no se auxilia del enigma: ¿Qué quiere decir eso? ¿Qué dice de mi? Eso que no puedo dejar de hacer aunque comparte sufrimiento, si el síntoma no se auxilia del del enigma realmente el sujeto queda micho más indefenso frente a la repetición»
Genoveva Navarro
Psicóloga Psicoanalista
Nº Colegiada AO- 5262
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