Psicoanalista y Psicologa Malaga


EL OBSERVADOR:
La conquista de lo heredado


El observador se ha dado cuenta que aunque todos vivamos en el mismo tiempo, no todos vivimos como corresponde a esa época. Hay gente, que sin saberlo ellos, viven en estado precario, o más que precario, correspondiente al siglo pasado.

Casi sin darnos cuenta, se asume que todo lo que está inventado es utilizado por cada generación, por el simple hecho de que ha sido heredado, pero nada más lejos. Heredar no es suficiente. Cada sujeto, tiene el trabajo de conquistar lo heredado. Así podemos pensar en el lenguaje, la escritura o en las personas que viviendo en zonas rurales, utilizan las ventajas del automóvil o el transporte público para ir a la capital y otras no; hay quien tiene problemas para desenvolverse en la vida cotidiana y acude al psicólogo y hay quien permanece con escasa salud mental. No hay excusa para crecer con el beneficio del tiempo, se trata más bien de una elección.

Para las personas jóvenes nada es evidente. Y bien padres, educadores, se implican en enseñarles los avances que ofrece el mundo, o bien cada uno por si sólo va descubriendo a través del ensayo-error. Por ejemplo, los más adultos, se llevan las manos a la cabeza y dicen "¡pero cómo las jóvenes se quedan embarazadas, con la de métodos que hay!" "¡pero cómo te alimentas así!". Cuando uno es joven, está falto de muchos conocimientos. Podemos observar que cada año, tanto en los periódicos, como en la televisión, los reportajes son los mismos: precaución con el sexo, protección solar, alimentación sana, salud mental. Algunos se quejan de ello, pero justo esos quejicas son los que olvidan que cada año entran nuevas generaciones ávidas de información.

Lo que cabe preguntarse tras esta reflexión, es qué sucede con los no tan jóvenes, que aún no actúan en consecuencia de la información heredada: ¿son ignorantes? ¿son conocedores y les da igual las consecuencias? ¿son conocedores pero no pueden practicar aquello que les hace bien? Sea cual sea la respuesta, estamos hablando de personas que deben adquirir un grado de madurez o de salud mental.


Podemos conquistar la tecnología, el conocimiento, pero también podemos conquistar cualquier valor humano. El amor, el dinero, el trabajo, están ahí para todos los hombres. Aunque muchos exclaméis: "¡pero eso no es verdad, yo quiero un novio y no tengo!" "¡yo quiero trabajar y no encuentro!". Todo está para todos, pero es preciso esforzarse para conquistar cada gozo, aunque ya lo hayan conseguido otros nada es de regalo. Todos hemos heredado mil reinos y mil amores, pero lejos de la conquista, sólo adormecemos en la pobreza.