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EL OBSERVADOR:
La conquista de lo heredado
El observador se ha dado cuenta que aunque todos vivamos en el mismo
tiempo, no todos vivimos como corresponde a esa época. Hay gente,
que sin saberlo ellos, viven en estado precario, o más que precario,
correspondiente al siglo pasado.
Casi sin darnos cuenta, se asume que todo lo que está inventado
es utilizado por cada generación, por el simple hecho de que
ha sido heredado, pero nada más lejos. Heredar no es suficiente.
Cada sujeto, tiene el trabajo de conquistar lo heredado. Así
podemos pensar en el lenguaje, la escritura o en las personas que viviendo
en zonas rurales, utilizan las ventajas del automóvil o el transporte
público para ir a la capital y otras no; hay quien tiene problemas
para desenvolverse en la vida cotidiana y acude al psicólogo
y hay quien permanece con escasa salud mental. No hay excusa para crecer
con el beneficio del tiempo, se trata más bien de una elección.
Para las personas jóvenes nada es evidente. Y bien padres, educadores,
se implican en enseñarles los avances que ofrece el mundo, o
bien cada uno por si sólo va descubriendo a través del
ensayo-error. Por ejemplo, los más adultos, se llevan las manos
a la cabeza y dicen "¡pero cómo las jóvenes
se quedan embarazadas, con la de métodos que hay!" "¡pero
cómo te alimentas así!". Cuando uno es joven, está
falto de muchos conocimientos. Podemos observar que cada año,
tanto en los periódicos, como en la televisión, los reportajes
son los mismos: precaución con el sexo, protección solar,
alimentación sana, salud mental. Algunos se quejan de ello, pero
justo esos quejicas son los que olvidan que cada año entran nuevas
generaciones ávidas de información.
Lo que cabe preguntarse tras esta reflexión, es qué sucede
con los no tan jóvenes, que aún no actúan en consecuencia
de la información heredada: ¿son ignorantes? ¿son
conocedores y les da igual las consecuencias? ¿son conocedores
pero no pueden practicar aquello que les hace bien? Sea cual sea la
respuesta, estamos hablando de personas que deben adquirir un grado
de madurez o de salud mental.
Podemos conquistar la tecnología, el conocimiento, pero también
podemos conquistar cualquier valor humano. El amor, el dinero, el trabajo,
están ahí para todos los hombres. Aunque muchos exclaméis:
"¡pero eso no es verdad, yo quiero un novio y no tengo!"
"¡yo quiero trabajar y no encuentro!". Todo está
para todos, pero es preciso esforzarse para conquistar cada gozo, aunque
ya lo hayan conseguido otros nada es de regalo. Todos hemos heredado
mil reinos y mil amores, pero lejos de la conquista, sólo adormecemos
en la pobreza.
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