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¿SUERTE, DESTINO, CASUALIDAD...?
"todos creen que tener talento es cuestión
de suerte;
nadie piensa que la suerte pueda ser cuestión de talento"
J. Benavente
Casualidad exterior
Suerte, destino, casualidad
¿qué es eso? No podemos
negar que existen algunas situaciones más favorables o adversas
que otras. Por eso, lo que podemos plantearnos es qué es lo que
hace que algunos sujetos se encuentren varias veces en una situación
y no en otra.
Otorgar los acontecimientos a la mala suerte: no encontrar pareja, perder
el empleo, no tener un círculo de amigos, tener accidentes
es posicionarnos en la pasividad: si todo lo que me ocurre es ajeno
a mí, está claro que nunca haré nada para que las
cosas cambien. Para muchos es más fácil atribuir a la
suerte todo aquello que les resulta incomprensible, eludiendo así,
el control de su propia vida.
En cambio, aquel que se implica en aquello que le sucede, siempre podrá
hacer algo para que las cosas sean de otra manera. Las personas que
funcionan sabiendo que lo que les ocurre depende de sus decisiones,
son sujetos que crean las circunstancias y construyen nuevas oportunidades,
sujetos con predisposición al trabajo. El que tenga esta actitud,
será el que triunfe.
Aquellos que se agarran a la suerte o la superstición, son personas
que rigen su vida por falsas creencias, atrapados por una forma incorrecta
de pensar. Son sujetos que hacen una lectura sesgada de los acontecimientos.
Uno puede tener presentimientos y que luego le sucedan desgracias, pero
tiene que tener claro que nunca ocurren las cosas como uno las piensa.
Siempre entre el sueño y su realización aparecen grandes
diferencias que la credulidad del sujeto suele no tomar en consideración.
Casualidad interior
Tal vez podamos dudar sobre la existencia de la casualidad exterior
(lo real), pero la casualidad interior (psíquica) no existe.
Cualquier número elegido con aparentemente arbitrariedad, las
ocurrencias espontáneas de palabras, el sentimiento de haber
vivido ya una cosa o de haberla contado está relacionado con
nosotros mismos. Es decir, que en lo psíquico no existe nada
arbitrario ni indeterminado.
La superstición está originada por impulsos hostiles y
crueles reprimidos. La superstición es en gran parte un temor
de desgracias futuras, y aquellas personas que frecuentemente desean
mal a otras, pero que por su educación han reprimido tales deseos,
temen que les suceda alguna desgracia como castigo a dicha maldad inconsciente.
Por comodidad
Nada es aleatorio ni producto del destino o de la suerte. Lo que ocurre
a la mayoría de las personas es que no admiten dentro de ellos
mismos la existencia de una parte de su personalidad que dirige y ordena
toda su vida. Así para un hombre que ha tenido varias mujeres
infieles, le es más fácil afirmar que se equivoca de mujer
que aceptar un deseo inconsciente de haber encontrado mujeres de ese
estilo.
Nuestro destino es nuestro trabajo, con voluntad y constancia podemos
construir un tipo de vida, de relaciones, afrontar las cosas de determinada
manera, resolver las dificultades con talante.
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